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03/10/2023

Sobre El Honorario Médico Y La Aplicación De Bonos Complementarios

Estamos atravesando una problemática sin antecedentes, en donde el médico en su gran mayoría trabaja en la más absoluta irregularidad, donde no existe acompañamiento al proceso inflacionario que vive el país, en donde la actividad médica ha sido de las más golpeadas por esta crisis, en donde no existe la más mínima posibilidad de discutir condiciones de trabajo y se nos imponen unilateralmente condiciones, en la que no solo no se actualiza el ingreso del médico sino que se le suma cada vez más horas de trabajo, se nos paga a 90 y/o hasta 120 días con la consiguiente depreciación del dinero que ello conlleva, en un sistema en donde se nos obliga a facturar pero se nos aplican todas las características de un trabajo dependiente sin ninguno de los beneficios de este, *en donde incomprensiblemente es el ingreso del médico la variable de ajuste* siendo mínima la incidencia de este dentro del presupuesto de los financiadores, todas cuestiones de las que pocas veces se habla, sobre las que hay un gran desconocimiento por parte de la sociedad y que atentan no solo contra el médico, sino contra el servicio que se brinda al paciente.

El honorario y/o sueldo del médico no constituye ni se reduce solamente a un problema de coyuntura salarial. Forma parte de lo que le permite al profesional de la salud formarse, entrenarse, actualizarse y capacitarse continuamente de manera de poder brindar un servicio de calidad y eficiente, y poder a futuro seguir formando profesionales que reúnan los estándares de calidad que nos ha permitido ser reconocidos en todo el mundo. Es el capital humano uno de los pilares donde se debe apoyar todo el sistema de salud.

Atacar el ingreso del médico no actualizando el mismo o imponiendo unilateralmente condiciones, presionándolo a trabajar en condiciones inadecuadas y sin los elementos adecuados, imponer políticas de abaratamiento de la mano de obra o implementar trabajar por volumen como medios de ajuste, no solamente han sido enormes errores advertidos en muchas oportunidades, sino que han tenido como consecuencia la situación crítica y precaria en la que hoy está el sistema de salud.

No hemos sido nosotros los responsables de estas cuestiones. Durante muchos años, décadas, han sido y siguen siendo las grandes empresas financiadoras del sistema de salud, ya sean públicas o privadas, las que forman e imponen de forma unilateral y sin posibilidad de discusión alguna, el valor del trabajo médico. Son también estas quienes construyen las políticas sanitarias de este país sin darle a las Asociaciones Médicas ningún tipo de participación; no obstante son estas las que más conocen su propia actividad y los problemas de la actividad médica en su conjunto.

Este accionar ha generado las graves consecuencias que lamentablemente hoy estamos viviendo. Cada vez son más los médicos de las distintas especialidades que emigran a otros países, desalentados por políticas expulsivas y persecutorias o simplemente dejan de ejercer una profesión que ha dejado de ser rentable. La falta de especialistas en cada una de las ramas de la medicina es sumamente grave y difícil de revertir en el corto plazo. La formación de un especialista es un trabajo coordinado y continuo de muchísimos años, y es lo que permite brindar prestaciones de salud de calidad a la sociedad. La prestación de salud de calidad no tiene que ver con hotelería o con grandes y nuevas estructuras edilicias desprovistas de personal médico calificado. Tiene que ver con contar con profesionales debidamente formados y capacitados, de manera que el sistema sea eficiente. La pandemia ha demostrado de la peor forma el grado de precariedad en el que estamos, pero pareciera que no se aprendió nada de todo ese sufrimiento. Hoy la sociedad está padeciendo en el día a día estas consecuencias que hemos advertido durante muchísimo tiempo.

La problemática descripta se da hoy en un contexto inflacionario pocas veces visto, y es la que ha generado y obligado al profesional médico a cobrar bonos complementarios ante el incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte de los financiadores del sistema de salud, quienes inexplicablemente han decidido no actualizar el ingreso del profesional médico. Pretender responsabilizar al médico de esta situación es inmoral e inaceptable.

Esta situación atípica, no es otra cosa que un remedio inevitable que le permita al profesional médico tener un ingreso digno y que también le brinda una solución al paciente de poder seguir contando con su profesional médico y poder seguir teniendo sus debidas prestaciones de salud. Las medidas que los profesionales deban tomar en este sentido se encuentran justificadas y legitimadas por la irresponsable inacción de los financiadores del sistema de salud, públicos y privados.

No obstante advertimos que son soluciones de fondo las que corregirán esta difícil situación que muchos colegas están atravesando, y esperamos que las futuras autoridades entiendan la magnitud del problema que enfrentaremos en los próximos meses. Desde ENDIBA hemos tomado la decisión de trabajar de manera institucional en este sentido y realizar todas las presentaciones que correspondan ante el Ministerio de Salud de la Nación y la Superintendencia de Servicios de Salud a fin de que estos tomen la intervención que les corresponde ante la gravedad de lo que ocurre en la actividad médica.